La interconexión gubernamental de las relaciones internacionales a mediados del siglo XX evidenció la necesidad de crear nuevas instituciones para legitimar la gobernanza económica y financiera global. Tal fue el caso de la instauración de la Organización Mundial de Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés)-por mencionar las principales- que fueron creadas con un mismo objetivo: el promover la igualdad y cooperación económica entre los Estados bajo un marco legal internacional de políticas comerciales.
La fragilidad del escenario global tiene por una de sus causas principales el cuestionamiento al sistema económico neoliberal y al multilateralismo. En razón de ello, se han reconfigurado los acuerdos internacionales en materia económica, reflejando la ausencia de un liderazgo y gobernanza globales. El regionalismo y el nacionalismo parecen consolidarse dando pauta a una incertidumbre económica global por dos razones fundamentales: la primera por el nuevo auge del populismo y dos, por los riesgos y oportunidades que ofrece la adquisición de fondos soberanos.
Andrew Rozanov (2005) en su artículo Who holds the wealth of nations? Publicado en el Central Banking Journal acuñó el término fondos soberanos o sovereign wealth fund (en inglés) caracterizándolos como fondos de inversión gubernamental, creados por los gobiernos que cuentan con ahorros, a partir de múltiples factores: recursos naturales, recursos petroleros, finanzas sanas o reservas internacionales.[1]Por consiguiente, un fondo soberano tiene dos funciones principales:
1. Según el Informe de Fondos Soberanos publicado por el Dr. Javier Solana (2012), favorecer la adquisición de activos nacionales e internacionales con la finalidad de obtener una rentabilidad comercial.[2]
2. Posteriormente, realizar inversiones directas en empresas, aunado a la posibilidad de comprar deuda pública a terceros países.[3]
En el 2009, tras la crisis hipotecaria de 2008, se fundó el Foro Internacional de Fondos Soberanos de Inversión (IFSWF, por sus siglas en inglés) con la finalidad de crear un grupo de trabajo- también conocido como el compromiso voluntario de los Principios de Santiago- que vigile y gestione de forma eficaz los instrumentos regulatorios como una fuente importante de riesgos, propiciando estabilidad económica con base en los principios de transparencia en las estructuras regulatorias de cada país. Es por ello que, a partir de ahora, los fondos soberanos tendrán un rol muy importante ejerciendo tanto hard como soft power a partir de los intereses y estrategias tanto de los países desarrollados, en particular el G7 el G20, como de los países en vías de desarrollo, ya que en ellos se concentra su mayor zona de influencia.
Tomando nota del párrafo anterior, antes de la crisis del 2008, los fondos soberanos eran mal vistos por los países emergentes puesto que había una desconfianza generalizada radicaba en la adquisición de los fondos soberanos que eran provenientes, en su mayoría, de autoridades de países no democráticos con alto poder adquisitivo. Lo anterior daba lugar a conflictos de intereses y sospechas de intervención a los activos en países geoestratégicos. Ahora bien, analizando la volatilidad del mercado internacional, existe una relación extrínseca entre las empresas públicas, semipúblicas y el propio Estado para dar financiamiento a otros Estados con diversas inversiones estratégicas, como lo son los fondos de ahorro, de pensiones, de reserva o de desarrollo estratégico.[4]
Para poder contextualizar las repercusiones positivas o negativas de un fondo soberano en otro país, es útil tomar como referencia el ejemplo de la operación de Mubadala, fondo soberano proveniente de Emiratos Árabes Unidos, en Conakri, Guinea.
Guinea es un país ubicado en África occidental. Indicadores del Banco Mundial de 2018[5], apuntalan a Guinea como uno de los países más pobres al contemplar al 43% de la población con una baja calidad de vida derivado del bajo ingreso per cápita, sumado a los altos índices de corrupción, y profundos rezagos en materia de transparencia y combate a la corrupción en el sector público, de acuerdo con datos del Banco Mundial.[6]
Ahora bien, el fondo Mubadala, contempló el financiamiento del puerto de Conakri[7] así como de la Corporación de Aluminio en Guinea (GAC, por sus siglas en francés) “dedicada a la extracción y exportación de bauxita metalúrgica.”[8] La bauxita es la materia prima de la que se extrae el aluminio. De acuerdo con el ranking de los principales países productores de Bauxita a nivel mundial en 2019 de Statista, Guinea se ubica en el segundo puesto con una producción 82.000 millones de toneladas métricas solo tras Australia.[9]
El Acuerdo de París de 2015 produjo la pauta para mejorar la conservación del medio ambiente en acciones conjuntas a nivel internacional. En este sentido, GAC monitorea periódicamente las emisiones contaminantes para evitar riesgos potenciales y evitar un impacto ambiental. Para el presente año, se contempla una reducción de un 7.93 (del año pasado) a un 7.88 en la intensidad de las emisiones del aluminio en fundición y producción de energía.[10]
De igual forma, en el Reporte de Sustentabilidad de Emirates Global Aluminium (EGA) de 2018, propiedad del mismo fondo, se manifiesta que existe un compromiso de responsabilidad social en la creación de proyectos comunitarios que han ayudado no solo a crear miles de empleos en los alrededores de la mina, sino que también brindan servicios médicos y de capacitación para que la población local sea autosuficiente actividades agrícolas, reciba educación y entrenamiento, entre otros beneficios.
Si bien esta inversión directa se presenta en pro de un beneficio nacional, hay voces que consideran que detrás de estas buenas intenciones, hay una intervención extranjera en apropiación de un recurso minero del país. Se percibe cómo una empresa extranjera, se convirtió en una herramienta del estado árabe que ejerce presión política en otro para obtener beneficios diplomáticos, económicos, financieros y políticos, si bien ante los ojos de los ciudadanos ofrece una oportunidad palpable de desarrollo social y económico en su comunidad.
En la medida en que los fondos soberanos han aumentado su zona de influencia en las grandes ciudades, la injerencia en la toma de decisiones será evidente, ¿qué pasaría si los fondos soberanos son invertidos en una deuda soberana de un país y ante la crisis económica la falta de liquidez propiciara un incumplimiento de pago? ¿Es pertinente considerar hostilidades en las relaciones diplomáticas y en la exigencia de los pagos vencidos? O bien, ¿habría lugar para un incremento en las tasas interés que podría a su vez generar grietas políticas?
Toda crisis internacional conlleva una oportunidad pero también riesgos económicos con efectos de carácter geopolítico que se profundizan cuando algunas empresas compran deuda en otros países. Las reglas del juego cambian constantemente y la vulnerabilidad de los países se ha ido haciendo mayor a partir de una falta de coordinación eficaz de las políticas macroeconómicas. Aunado al titubeo en la toma de decisiones económicas que degradan el rendimiento y la estabilidad de la economía, la amenaza del endeudamiento público acecha con fuerza.
Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Anáhuac (2012). Cuenta con varios cursos en temas de Geopolítica e Historia Universal por universidades europeas. Actualmente se desempeña como analista internacional en It Gossip Politics.
Se ha desempeñado en el sector público, específicamente en Derechos Humanos y en el sector privado en cuestiones administrativas y logística internacional. De igual forma, ha sido profesora de Chino-Mandarín.
[1] Andrew Rozanov. (2005). “Who holds the wealth of nations?” Central Banking Journal. Disponible en: https://www.centralbanking.com/central-banks/financial-stability/2072255/who-holds-the-wealth-of-nations [2] ESADE. (2012).“Informe Fondos soberanos 2012.” Disponible en http://www.iberglobal.com/Archivos/fondos_soberanos_investinspain.pdf [3] Sovereign Wealth Funds Institute. (s.f). “What is a sovereign Wealth Found?” Disponible en https://www.swfinstitute.org/research/sovereign-wealth-fund [4] Sovereign Wealth Funds Institute. (s.f.) “Classifications of Sovereign Wealth Funds.” Disponible en https://www.swfinstitute.org/research/sovereign-wealth-fund [5] World Bank. (2020) “Guinea.” World Development Indicators. Disponible en: https://databank.worldbank.org/reports.aspx?source=2&country=GIN [6] World Bank. (2020) “CPIA transparency, accountability, and corruption in the public sector rating Guinea.” World Development Indicators. Disponible en: https://data.worldbank.org/indicator/IQ.CPA.TRAN.XQ?locations=GN [7] Carvalho S. Doherty. R. (2013). “UAE's Mubadala, Guinea sign $5 billion bauxite, alumina deal.” Reuters. https://www.reuters.com/article/us-emirates-mubadala-guinea-idUSBRE9AO0BS20131125 [8] Guinea Alumina Corporation. (2019). “About us.” Disponible en: https://gacguinee.com/en/about-us/ [9]Statista. (2020). “Ranking de los Principales Países Productores de Bauxita a nivel mundial en 2019.” Disponible en: https://es.statista.com/estadisticas/635445/paises-lideres-en-la-produccion-de-bauxita-a-nivel-mundial/ [10] Emirates Global Aluminium. (2018). “EGA 2018 Sustentability Report. Making Modern Life Possible.” Disponible en: https://www.ega.ae/media/2089/ega-sustainability-report-2018.pdf
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