La visita de Pelosi a Taiwán marcó un punto de inflexión geopolítica en el este asiático, en los Estados Unidos vulnera las preocupaciones de seguridad de China al tiempo que desconoce el carácter identitario del país asiático. Taiwán no solo representa un espacio geoestratégico para China, sino también un aspecto medular de su identidad civilizacional. A diferencia de pasadas crisis en el Estrecho de Taiwán, el acercamiento entre Taipéi y Washington se da en una coyuntura en que China es una potencia regional, candidata a hegemonía mundial, por lo que la vulneración de sus intereses geopolíticos podría desembocar en conflictos más severos para la región asiática.
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